El municipio del Comtat destina 300.000 euros de la Diputación para modernizar sus instalaciones. El plan busca contrarrestar la falta de servicios médicos y farmacéuticos en un pueblo que triplica su población en verano.

Almudaina, un pequeño pueblo de la comarca del Comtat cuyo nombre evoca sus orígenes de «ciudadela», libra una batalla diaria por la supervivencia. Con apenas 130 habitantes censados en 2025, el municipio ha decidido plantar cara al reto demográfico con una estrategia ofensiva: mejorar la calidad de vida a través de servicios públicos de primer nivel.
Pau Navarro Giner, quien a sus 26 años ostenta la alcaldía, ha mostrado la hoja de ruta del municipio dentro del Plan Planifica de la Diputación de Alicante. Se trata de una inversión estratégica de aproximadamente 300.000 euros a ejecutar en varias anualidades, diseñada para dotar al pueblo de servicios propios de una gran urbe y retener a los turistas que, como él, apuestan por la vida rural.
Un complejo deportivo con vistas al futuro
La joya de la corona del Plan Planifica es la transformación del polideportivo municipal. El Ayuntamiento ha tenido que hacer ingeniería financiera para generar el remanente necesario y cubrir el 5% del presupuesto que exige la subvención.
Entre las reformas se incluye:
- Un nuevo gimnasio, que se traslada para mejorar su acceso.
- Una zona destinada a un spa, un servicio que busca ofrecer ocio y bienestar todo el año.
- La incorporación de vestuarios y un baño integrado en la actual piscina pública (abierta en julio y agosto)

El proyecto mira a largo plazo: «La estructura superior se dejará preparada para instalar, en una fase posterior y con otra subvención, una pista de pádel», adelanta el alcalde. Esta futura pista se situará al nivel de la cancha de fútbol existente, ofreciendo un valor añadido estético inigualable, ya que permitirá jugar contemplando todo el paisaje del valle.
Luces y sombras en la modernización
La sostenibilidad es otro pilar del plan. Se instalará energía fotovoltaica en las inmediaciones de la piscina para cubrir el gasto eléctrico municipal. Sin embargo, la modernización del pueblo se enfrenta a obstáculos externos, aunque existe una estación de carga para coches eléctricos, esta permanece inoperativa porque la empresa dejó la instalación a medio hacer.

La crisis de los servicios básicos: Farmacia y Pediatría
Estas inversiones en infraestructura llegan en un contexto de fragilidad sanitaria. La farmacia del pueblo opera bajo la modalidad VEC (Viabilidad Económica Comprometida). Aunque el farmacéutico acude a diario y conoce a cada paciente por su nombre, la baja facturación limita su stock. A veces necesitan medicamentos específicos y se sienten excluidos porque solo hay una unidad o dos.

La situación médica es más crítica. Aunque en verano la población se dispara de 130 a unos 400 habitantes aproximadamente por el turismo y las segundas residencias, la presencia del médico se reduce drásticamente a una o dos veces al mes y no hay servicio de pediatría.
El alcalde ilustra esta precariedad con el caso del único niño nacido recientemente en el pueblo. «No se dan servicios sociales para esto. Para fomentar la natalidad, el Ayuntamiento ha tenido que destinar el 100% de una ayuda material para pañales y empapadores a esta familia», afirma. Sin embargo, los padres deben asumir el coste y el tiempo de desplazarse a Alcoy o Muro de Alcoy para cualquier revisión médica o guardería, lo que pone en la balanza si compensa vivir en el pueblo. «Al final te dices: ‘lo que me gasto en gasolina, me voy con el niño a otro sitio’. Es un problema real».
De la cereza al turismo
Pese a las dificultades, hay brotes verdes. El turismo rural en Almudaina, impulsado por el atractivo de la Torre de Almudaina y el entorno rural de su sierra. El cultivo de la cereza de secano, producto estrella y motor económico, atrae incluso turismo internacional (asiático e inglés) en temporada de cosecha.
Para fijar población, el Ayuntamiento aprovecha subvenciones de la Diputación para contratar temporalmente a vecinos. Actualmente, hay 6 personas empleadas en mantenimiento y servicios gracias a estos planes, lo que les permite completar sus ingresos agrícolas y permanecer en el pueblo, ya que de los 130 censados, viven realmente menos de 100.
(vídeo o carrusel)
«Aquí la calidad de vida es superior, eso es indiscutible», defiende el edil, luchando contra el estigma de que en los pueblos «te aburres». Con esta reforma en camino y una comunidad que se moviliza ante cada cierre de servicio, Almudaina intenta demostrar que el futuro de la España Vaciada pasa por no resignarse a ser un pueblo dormitorio.

