El geógrafo y experto en despoblación Antonio Martínez Puche respalda la medida como esencial para abordar el «reto territorial» de la «España vacía»

La Vicepresidencia Primera y Consellería de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda ha anunciado la concesión de ayudas por 500.000 euros para financiar programas de atención a personas mayores en el mundo rural. Un total de 141 ayuntamientos con menos de 2.000 habitantes serán los beneficiarios de esta medida, que busca mitigar los efectos del envejecimiento demográfico y la despoblación.
La convocatoria marca un hito significativo, ya que estas ayudas fueron recuperadas tras haber dejado de convocarse en 2022 durante el anterior Gobierno del Botànic. Además de su recuperación, se ha producido una notable ampliación financiera: el importe subvencionable por programa se ha duplicado, pasando de los 15.000 euros de la última convocatoria de 2022 a 30.000 euros en la actual, pudiendo cubrir hasta el 100% del coste.
Esta inyección económica se enmarca en la estrategia autonómica de apoyo a la Tercera Edad y refuerza el compromiso del Consell con los municipios pequeños, que a menudo carecen de recursos técnicos y económicos.
Brecha Digital y Soledad en el Punto de Mira
Los programas financiados están diseñados para fomentar la dinamización social y el envejecimiento activo.
Entre las actuaciones prioritarias destacan:
- Reducción de la brecha digital: Cursos y talleres para facilitar el acceso de los mayores a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y redes sociales.
- Combate a la soledad: Iniciativas para impulsar la convivencia vecinal y las experiencias intergeneracionales.
- Sensibilización: Campañas contra el maltrato y promoción del buen trato a las personas mayores.
Un aspecto clave es el enfoque de igualdad, vital en el contexto rural donde, según el experto en despoblación y geógrafo de la UA (Universidad de Alicante) Antonio Martinez Puche, las mujeres son las primeras en abandonar estas zonas. Antonio subraya que el envejecimiento en el mundo rural alicantino viene acompañado de una alta tasa de masculinidad, debido a que las mujeres son quienes suelen asumir las responsabilidades de atención del hogar y de los mayores.
El Reto Territorial que Justifica la Ayuda
El programa de la Generalitat se alinea con la realidad territorial descrita por el geógrafo, quien afirma que sí existe una «España vacía» en Alicante, concentrada en 33 poblaciones de la provincia, fundamentalmente en la Vall de Seta y el interior de la Marina Alta (mencionando lugares como Vall d’Ebo, Fageca, Tollos o Famorca).
Antonio enfatiza que estas zonas sufren problemas de envejecimiento, falta de activos, conectividad, accesibilidad y vivienda. Además, recalca que la solución al despoblamiento no es la «obsesión por repoblar», sino ser pragmáticos y centrarse en el «reto territorial» y garantizar que la población que permanece tenga acceso a servicios dignos, especialmente sanitarios y educativos, ya que la falta de estos influye en la decisión de tener hijos o quedarse.
El experto sugiere que las políticas deben ser diseñadas con una perspectiva inductiva o bottom up (de abajo hacia arriba), escuchando las verdaderas necesidades. A raíz de eso, la Conselleria ha destacado que la medida responde a las demandas trasladadas por los propios ayuntamientos, quienes consideran estas ayudas una herramienta clave para sostener actividades que de otra forma serían inviables.
La duplicación de los fondos y su enfoque en la atención a las personas mayores y la lucha contra la brecha digital es vista como una medida esencial para combatir la marginación social en un contexto de desigualdad territorial abismal entre el litoral y el interior. Un ejemplo de la gravedad del problema es el caso de Tollos, en el Vall de Seta, que tras el cierre de una residencia de mayores hace años, vio afectado su proceso de despoblación, quedándose con muy pocos habitantes censados.
